Viernes 16 a las 19 hs
Título original: "Una Giornata Particolare" (1977)
Dirigida por Ettore Scola; con Sophia Loren, Marcello Mastroianni, John Vernon. (110 min.)
El 6 de mayo de 1938 Benito Mussolini recibe en Roma a su aliado Adolf Hitler con todos los honores, en un acto multitudinario con desfiles militares al que acude la mayor parte de la población.
En ese mismo momento, en Roma, Antonietta (Sofia Loren) conoce por casualidad a un misterioso vecino,
Gabriele (Marcello Mastroianni) y a partir de allí se desarrolla una historia donde dos personajes ignorados viven las únicas horas de libertad de sus amargas y deprimentes vidas
Ella es la típica mujer de la Italia fascista: infeliz, postergada, sometida y reprimida, poco instruída, madre de una típica familia numerosa de clase obrera, que prepara el desayuno y la ropa a sus 6 hijos egoístas y a su marido autoritario (excepcional acierto del casting al elegir al actor norteamericano John Vernon, con una "mascara" muy apropiada para el personaje) para asistir al evento y se queda en su casa bebiendo las sobras y realizando sus tareas de ama de casa. Sabe que sus inquietudes jamás serán tenidas en cuenta, pero no se atreve ni por un momento a cuestionar ese orden de cosas. Sus únicas actividades creativas están relacionadas con su adoración a Mussolini -los recortes de prensa y un retrato hecho con botones- y con su incuestionada creencia en el fascismo.
Él es un hombre atractivo, inteligente, amable y educado, que trabajaba como locutor de radio, pero acababa de ser despedido por ser sospechado de homosexual y estaba a punto de suicidarse cuando súbitamente su vecina lo interrumpe tocando la puerta.
Él la trata tan bien como jamás la habían tratado en su vida, y esto la hace sentir inusualmente feliz, ya que no está acostumbrada a eso.
Él es antifascista porque no puede ser otra cosa ("yo no creo que el inquilino del sexto piso sea antifascista, más bien el fascismo es anti-inquilino del sexto piso", dice en una ocasión). Ella es fascista porque no cree ni concibe que se pueda ser otra cosa, por muy sola, frustrada, maltratada y despreciada que se sienta (aunque ni siquiera sabe lo que lo siente) en un mundo en el que lo viril es lo supremo y lo femenino no debe salir de las paredes del hogar.
Ambos son desgraciados en gran parte por culpa de ese gobierno y de la sociedad machista que lo ha apoyado: él es un homosexual y por tanto un marginal, ella es una ama de casa que debe soportar callada las continuas infidelidades y el maltrato de su marido, llevando una vida patética y gris, donde todo se reduce a limpiar, lavar, planchar, cocinar y tener sexo sólo cuando el marido lo dispone.
La película se centra en la evolución de la relación entre los dos personajes infravalorados a lo largo de esas horas en que se produce el histórico desfile. Todo el escenario en que sucede la historia es el edificio donde viven y donde se encuentran casi solos, salvo por una portera chismosa que intenta husmear y le aconseja a Antonietta alejarse de ese tal Gabriele porque es una mala influencia.
Lo que sucede en las calles no se ve, nos lo cuenta una radio que pone la portera del bloque de edificios donde viven los personajes.
Un Día Muy Particular no es una historia de amor ni sobre la amistad: es una historia de desolación y de desesperanza. Es una historia de soledad y tristeza, que rinde homenaje a algo tan grande como escaso: la libertad. Todo sucede en un sólo día; ambos saben que no volverán a verse, pero jamás lo olvidarán.
Precisamente, la única banda sonora que acompaña a los personajes es la omnipresente radio de la portera hablando sobre el pomposo desfile del Fürer y el Duce, lo cual es un verdadero acierto, pues además de ser la banda sonora más original que pudo haberse utilizado, refuerza la idea de que todo eso sucede en otro lugar, mientras estas dos almas solitarias encuentran un fugaz aunque intenso momento de felicidad pudiendo ser por unas horas ellos mismos.
Además de las sublimes interpretaciones por parte de ambos, la dirección de Ettore Scola es impecable, logrando que la historia transcurra con total naturalidad y sin aburrir. Es de destacar el logro de esa atmósfera asfixiante que llega desde la calle a través de los megáfonos y la radio que transmite el desfile en directo.
El guión de Maurizio Costanzo, Ruggero Maccari y Ettore Scola es otro acierto, con unos diálogos muy bien delineados y equilibrados. La fotografía de Pasqualino De Santis también es magnífica, siempre con una atmósfera seria y gris, como la vida de los protagonistas.
Estrenada en 1977, la película logra transmitir el machismo de la época fascista -con mujeres relegadas a ser las sirvientas del hogar-, donde a los italianos se les pagaba para que tuvieran muchos hijos y los solteros debían pagar un impuesto a la soltería.
"Una Jornada Particular" es una película radical, nada condescendiente con la ceguera del pueblo italiano que apoyaba en masa al facismo y a su Duce, y se enorgullecía de ello. Este es el gran escándalo que causó el largometraje, ya que muestra la falta de resistencia al fascismo y la inmensa estupidez de los italianos que soñaban con delirios imperiales.
A la vez, la película plantea muchas cuestiones al mismo tiempo: guerra, familia, tolerancia, condición de la mujer, fanatismo, homosexualidad, etc. Es muy significativo y genial como se nos presenta a las dos estrellas del film: la glamorosa Loren despeinada, a cara lavada, con un batón raido y pantuflas agujereadas, y el gran amante latino Mastroianni como un sensible y atormentado homosexual.
De esta manera, el director ha logrado una verdadera obra maestra del cine italiano y uno de los mejores retratos de la Italia fascista, sin necesidad de recurrir a ningún tipo de efectos especiales ni escenarios maravillosos. Sólo una historia hondamente humana sostenida por dos interpretes superlativos en estado de gracia, nada menos que la gran pareja cinematográfica de Italia: Sophia y Marcello.
Ver escenas:
"L'ordine è la virtù dei mediocri" ("El orden es la virtud de los mediocres")
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