Jueves 5 de septiembre
Título Original: "Il Vedovo" (1959)
Dirección: Dino Risi
Intérpretes: Alberto Sordi, Franca Valeri, Livio Lorenzon, Nando Bruno, Leonora Ruffo
Guión: Dino Risi, Fabio Carpi, Rodolfo Sonego, Sandro Continenza, Dino Verde
Fotografía: Luciano Trasatti
Música: Armando Trovajoli
Producción: Edgardo Cortese, Cino Del Duca, Elio Scardamaglia
País: Italia
Duración: 87 min.
Alberto Nardi (Alberto Sordi) es un pequeño empresario estúpido e incompetente cuyo único éxito en la vida ha sido casarse con Elvira Almiraghi, una mujer inteligente y acaudalada que es muy buena para los negocios. Pero ella ya no cree en él y, cansada de financiar sus pésimos negocios, se niega a seguir dándole dinero y lo humilla frecuentemente -incluso lo llama 'Cretinetti'. Entonces Alberto Nardi, perseguido por los acreedores, comienza a soñar con heredar a su esposa y a planear un lujoso entierro...
Dino Risi dirige magistralmente esta divertidísima y ácida comedia negra con Alberto Sordi en su mejor momento, un auténtico hipócrita y canalla que sólo piensa en sí mismo, y la brillante Franca Valeri, en el mejor papel de su carrera. Acompaña a los protagonistas un grupo de actores fantásticos, como Livio Lorenzon en el papel de su asistente, un marqués venido a menos que había sido su superior durante la guerra y a quien Alberto trata despectivamente como si fuera un esclavo, y Nando Bruno, interpretando a su tío, que trabaja como su chofer.
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PROGRAMACIÓN AÑO 2014
Agosto de 2014: Dedicado al thriller policial francés
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Un Burgués Pequeño Pequeño
Jueves 28 de junio
Título original: "Un Borghese Piccolo Piccolo" (1977)
Dirección: Mario Monicelli
Intérpretes: Alberto Sordi, Shelley Winters, Vincenzo Crocitti, Romolo Valli, Renzo Carboni
Guión: Sergio Amidei & Mario Monicelli (Novela: Vincenzo Cerami)
Fotografía: Mario Vulpiani
Música: Giancarlo Chiamarello
Producción: Auro Cinematografica
País: Italia
Duración: 122 min.
Un modesto funcionario público está próximo a la jubilación. Decide ingresar en la logia masónica a la que pertenece su jefe para, de este modo, ganarse su respeto y lograr que su hijo entre a trabajar en el mismo ministerio que él. De golpe un hecho inesperado cambiará para siempre su vida.
Una historia fuerte desarrollada magníficamente. El argumento trata sobre el aterrador drama de un hombre común que sufre una tragedia sin igual. Las reacciones, motivaciones y transformaciones psicológicas de este hombre son el leit motiv de la película.
Desde el primer minuto no se puede dejar de sentir empatía e identificación con el protagonista (Alberto Sordi), especialmente si el espectador es padre de familia, quedando conmovidos por el dolor y reacciones de un hombre que no puede asimilar la tragedia que le ha tocado vivir. Alberto Sordi se luce en una actuación de suma intensidad, junto a Shelley Winters como partenaire, extraña pareja y sin embargo un gran acierto del director.
Una película que nos deja profundamente afectados de la misma manera en que lo hacen películas como "Feos, sucios y malos" de Ettore Scola o incluso "Saló (o los 120 días de Sodoma)" de Pier Paolo Pasollini.
Sordi es único, nadie interpreta de la manera en que él lo hace, tanto comedia como tragedia, y por eso ninguna película en donde él actúe queda sin su sello personal. Pero el sello de Sordi no es como el de los actores que vuelcan su propia personalidad carismática en la interpretación (De Niro, Pacino, Hoffman, etc.), Sordi impone una marca de intensidad, su interpretación habla de lo insondable de los sentimientos humanos. Un actor con mayúsculas, como Gassman, Volonté o Mastroiani, pero a diferencia de aquellos, lo que identifica y diferencia a Sordi es esa versatilidad que tiene para moverse con holgura entre los extremos dramáticos, una cualidad que nos transporta a su propio mundo de interpretación y nos presenta una realidad creíble y a la vez surreal.
Es de destacar que el mismo año que filmó este "capolavoro" también filmó los tres sketches que protagoniza en la genial "Los Nuevos Monstruos" (film que cerrará el mes de Junio del ciclo Función Especial)
La mayoría de las películas del director Mario Monicelli se centran en gente común, que hablan y viven como cualquiera. Suelen ser personajes que no tienen los recursos necesarios como para superarse y, dada la oportunidad de hacerlo, resultan despistados creadores de situaciones condenadas al fracaso cómico. Gracias a intérpretes como Vittorio Gassman, Alberto Sordi, Ugo Tognazzi, Toto, Nino Manfredi y otros, Monicelli ha producido exuberantes comedias humanas a partir de los pesares cotidianos de todos los días. Sus personajes suelen ser egoístas y graciosamente destructivos, tontos queribles inmersos en un mundo lleno de fuerzas hostiles e incomprensibles. Ya desde los años cincuenta, marcados por el “milagro económico” italiano, Monicelli lanzaba granadas satíricas hacia la hipocresía institucional, el conformismo y toda otra clase de enfermedad o espejismo social. Su cine ha reunido siempre, con una audacia considerable, humor grotesco y crítica social.
Esta verdadera joya del cine italiano de todos los tiempos es una de las grandes cimas del mismo, como así tambien de su director Monicelli y el inmenso Alberto Sordi, en el que tal vez sea el papel de su carrera.
Ver escena:
Título original: "Un Borghese Piccolo Piccolo" (1977)
Dirección: Mario Monicelli
Intérpretes: Alberto Sordi, Shelley Winters, Vincenzo Crocitti, Romolo Valli, Renzo Carboni
Guión: Sergio Amidei & Mario Monicelli (Novela: Vincenzo Cerami)
Fotografía: Mario Vulpiani
Música: Giancarlo Chiamarello
Producción: Auro Cinematografica
País: Italia
Duración: 122 min.
Un modesto funcionario público está próximo a la jubilación. Decide ingresar en la logia masónica a la que pertenece su jefe para, de este modo, ganarse su respeto y lograr que su hijo entre a trabajar en el mismo ministerio que él. De golpe un hecho inesperado cambiará para siempre su vida.
Una historia fuerte desarrollada magníficamente. El argumento trata sobre el aterrador drama de un hombre común que sufre una tragedia sin igual. Las reacciones, motivaciones y transformaciones psicológicas de este hombre son el leit motiv de la película.
Desde el primer minuto no se puede dejar de sentir empatía e identificación con el protagonista (Alberto Sordi), especialmente si el espectador es padre de familia, quedando conmovidos por el dolor y reacciones de un hombre que no puede asimilar la tragedia que le ha tocado vivir. Alberto Sordi se luce en una actuación de suma intensidad, junto a Shelley Winters como partenaire, extraña pareja y sin embargo un gran acierto del director.
Una película que nos deja profundamente afectados de la misma manera en que lo hacen películas como "Feos, sucios y malos" de Ettore Scola o incluso "Saló (o los 120 días de Sodoma)" de Pier Paolo Pasollini.
Sordi es único, nadie interpreta de la manera en que él lo hace, tanto comedia como tragedia, y por eso ninguna película en donde él actúe queda sin su sello personal. Pero el sello de Sordi no es como el de los actores que vuelcan su propia personalidad carismática en la interpretación (De Niro, Pacino, Hoffman, etc.), Sordi impone una marca de intensidad, su interpretación habla de lo insondable de los sentimientos humanos. Un actor con mayúsculas, como Gassman, Volonté o Mastroiani, pero a diferencia de aquellos, lo que identifica y diferencia a Sordi es esa versatilidad que tiene para moverse con holgura entre los extremos dramáticos, una cualidad que nos transporta a su propio mundo de interpretación y nos presenta una realidad creíble y a la vez surreal.
Es de destacar que el mismo año que filmó este "capolavoro" también filmó los tres sketches que protagoniza en la genial "Los Nuevos Monstruos" (film que cerrará el mes de Junio del ciclo Función Especial)
La mayoría de las películas del director Mario Monicelli se centran en gente común, que hablan y viven como cualquiera. Suelen ser personajes que no tienen los recursos necesarios como para superarse y, dada la oportunidad de hacerlo, resultan despistados creadores de situaciones condenadas al fracaso cómico. Gracias a intérpretes como Vittorio Gassman, Alberto Sordi, Ugo Tognazzi, Toto, Nino Manfredi y otros, Monicelli ha producido exuberantes comedias humanas a partir de los pesares cotidianos de todos los días. Sus personajes suelen ser egoístas y graciosamente destructivos, tontos queribles inmersos en un mundo lleno de fuerzas hostiles e incomprensibles. Ya desde los años cincuenta, marcados por el “milagro económico” italiano, Monicelli lanzaba granadas satíricas hacia la hipocresía institucional, el conformismo y toda otra clase de enfermedad o espejismo social. Su cine ha reunido siempre, con una audacia considerable, humor grotesco y crítica social.
Esta verdadera joya del cine italiano de todos los tiempos es una de las grandes cimas del mismo, como así tambien de su director Monicelli y el inmenso Alberto Sordi, en el que tal vez sea el papel de su carrera.
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Etiquetas:
Comedia Dramática,
Comedia Italiana,
Comedia Negra,
Drama,
Policial
El Rey de las Trampas
Viernes 23 de septiembre
Título original: "Banchikwang"; título internacional: "The Foul King" (2000)
Dirección: Kim Ji-woon
Intérpretes: Song Kang-Ho, Go Ho-kyung, Jang Hang-Seon, Kim Su-ro, Jang Jin-Young, Park Sang-Myeon, Jeong Woong-in, Jung Doo-hong, Kim Ka-Yeon, Lee Won-jong, Shin Goo.
Guión: Kim Ji-woon
Fotografía: Hong Kyeong-Pyo
Producción: B.O.M. Film Productions Co. / Oh Jeong-Wan, Lee Mi-Yeon, Jo Jin-A
País: Corea del Sur
Duración: 111 min.
Dae-Ho (Song Kang-Ho) es un empleado bancario improductivo e ineficiente que llega tarde todos los días al trabajo y eso lo convierte en el objeto de las frustraciones de su jefe, que lo maltrata y humilla permanentemente. En su vida personal tampoco le va muy bien: su timidez le impide expresarle sus sentimientos a la mujer de la que está secretamente enamorado, y habiendo pasado los treinta años, todavía vive con su padre.
Para escapar del mal sabor de sus fracasos, sueña con ser un luchador profesional para poder vengarse de su abusivo jefe o al menos levantar un poco su autoestima. De pequeño era fan de los programas de TV de lucha libre (del estilo de "Titanes en el Ring"), pero a pesar de ello nunca pudo aprender a librarse de la llave en la cabeza que le hacía su jefe cada vez que llegaba tarde.
Un dia logra ser admitido como aprendiz de lucha libre, aunque sólo porque el entrenador necesitaba un luchador tramposo que jugara sucio. Dae-ho no tiene ningún talento, pero entrena duro todo el día para poder subirse a un ring. De esta manera, poco a poco se va transformando en el villano luchador conocido como "El Rey de las Trampas".
Como en una historia de superhéroes, cuando Dae-ho se pone la máscara de tigre blanco adquiere confianza para dejar de ser el cobarde perdedor que es en la oficina.
Las secuencias de lucha son sólo un aspecto secundario, mientras lo principal son las escenas de humor absurdo -una suerte de Mr. Bean coreano- donde el protagonista intenta ganarse algún respeto en su ridícula vida cotidiana.
Song Kang-ho, uno de los mejores actores de Corea del Sur de la actualidad en uno de sus primeros papeles protagónicos, encarna a este típico perdedor al que nada le sale bien, y lo hace maravillosamente, como es habitual en él.
El ritmo, el tono oscuro y cómico característico del genial director y las actuaciones hacen de este divertido film -el segundo dirigido y escrito por el consagrado Kim Ji-Woon- una de las comedias más atípicas y geniales de los últimos tiempos, con un anti-heroe "verdadero" (o sea, no a la hollywoodense) al que en palabras del propio Kim Jee-Woon: "Nunca nada le saldrá bien en la vida."
Ver trailer:
Título original: "Banchikwang"; título internacional: "The Foul King" (2000)
Dirección: Kim Ji-woon
Intérpretes: Song Kang-Ho, Go Ho-kyung, Jang Hang-Seon, Kim Su-ro, Jang Jin-Young, Park Sang-Myeon, Jeong Woong-in, Jung Doo-hong, Kim Ka-Yeon, Lee Won-jong, Shin Goo.
Guión: Kim Ji-woon
Fotografía: Hong Kyeong-Pyo
Producción: B.O.M. Film Productions Co. / Oh Jeong-Wan, Lee Mi-Yeon, Jo Jin-A
País: Corea del Sur
Duración: 111 min.
Dae-Ho (Song Kang-Ho) es un empleado bancario improductivo e ineficiente que llega tarde todos los días al trabajo y eso lo convierte en el objeto de las frustraciones de su jefe, que lo maltrata y humilla permanentemente. En su vida personal tampoco le va muy bien: su timidez le impide expresarle sus sentimientos a la mujer de la que está secretamente enamorado, y habiendo pasado los treinta años, todavía vive con su padre.
Para escapar del mal sabor de sus fracasos, sueña con ser un luchador profesional para poder vengarse de su abusivo jefe o al menos levantar un poco su autoestima. De pequeño era fan de los programas de TV de lucha libre (del estilo de "Titanes en el Ring"), pero a pesar de ello nunca pudo aprender a librarse de la llave en la cabeza que le hacía su jefe cada vez que llegaba tarde.
Un dia logra ser admitido como aprendiz de lucha libre, aunque sólo porque el entrenador necesitaba un luchador tramposo que jugara sucio. Dae-ho no tiene ningún talento, pero entrena duro todo el día para poder subirse a un ring. De esta manera, poco a poco se va transformando en el villano luchador conocido como "El Rey de las Trampas".
Como en una historia de superhéroes, cuando Dae-ho se pone la máscara de tigre blanco adquiere confianza para dejar de ser el cobarde perdedor que es en la oficina.
Las secuencias de lucha son sólo un aspecto secundario, mientras lo principal son las escenas de humor absurdo -una suerte de Mr. Bean coreano- donde el protagonista intenta ganarse algún respeto en su ridícula vida cotidiana.
Song Kang-ho, uno de los mejores actores de Corea del Sur de la actualidad en uno de sus primeros papeles protagónicos, encarna a este típico perdedor al que nada le sale bien, y lo hace maravillosamente, como es habitual en él.
El ritmo, el tono oscuro y cómico característico del genial director y las actuaciones hacen de este divertido film -el segundo dirigido y escrito por el consagrado Kim Ji-Woon- una de las comedias más atípicas y geniales de los últimos tiempos, con un anti-heroe "verdadero" (o sea, no a la hollywoodense) al que en palabras del propio Kim Jee-Woon: "Nunca nada le saldrá bien en la vida."
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El Mafioso
Viernes 17 de junio
Título Original: "Mafioso"
Dirección: Alberto Lattuada
Intérpretes: Alberto Sordi, Norma Bengell, Gabriella Conti, Ugo Attanasio, Cinzia Bruno, Katiusca Piretti, Armando Tine.
Guión: Marco Ferreri, Rafael Azcona, Age, Scarpelli (Historia: Bruno Caruso)
Fotografía: Armando Nannuzzi
Música: Nino Rota y Piero Piccioni
Producción: Compagnia Cinematografica Antonio Cervi/Dino de Laurentiis Cinematografica
País: Italia
Duración: 100 min.
Alberto Lattuada es uno de los grandes olvidados del cine italiano, sin el reconocimiento internacional de su amigo Fellini (con el que co-realizó varias películas), de los neorrealistas, con los que no se identificaba, o de los existencialistas como Antonioni o Visconti.
Y sin embargo "Mafioso" es una gran película, certera, inteligente a rabiar, divertidísima y políticamente valiente. Comienza como una comedia de costumbres para convertirse en una pesadilla de corte surrealista. Un siciliano que se ha instalado en Milán y trabaja diligentemente en la Fiat, vuelve tras muchos años por primera vez a Sicilia, con su mujer y dos hijas, las tres monas y rubias. Orgulloso de demostrar en su persona que un humilde inmigrante del sur (un "terrone") puede, a pesar de los prejuicios del norte, ser tan preciso como un reloj suizo, el protagonista (encarnado por un inmenso Alberto Sordi) hace todo por ser un hombre moderno, racional y ordenado, un hombre de la Italia industrial y democrática.
La llegada a su idiosincrásico pueblo natal, tras un viaje de varios días en tren, y sobre todo a su casa familiar, está mostrada en una secuencia que resume la quintaesencia de la comedia italiana de costumbres: trufada de bromas sobre las diferencias norte/sur, de clichés, ruidosa, llena de conversaciones inacabadas y presentando toda una galería de personajes hiper-caracterizados (la hermana bigotuda, la madre silenciosa y desconfiada, el padre manco). Al final de la secuencia, Sordi rompe a cantar en siciliano, coreado por toda su familia. Esos minutos son de por sí una pequeña obra maestra del género que nos hace creer que estamos en terreno familiar, que nos podemos estirar en la butaca y disfrutar de una comedieta sin pretensiones.
Pero en realidad "Mafioso" es el primer film de la historia de Italia que se atrevió a hablar directamente de la mafia y adopta para ello un método narrativo dual. De la comedia de costumbres, la película desliza poco a poco hacia una sombría comedia negra, apuntalada por un tono surrealista y por una estética tomada del cine negro americano. Esa dualidad es la del protagonista, que al volver a la tierra parece caer en un hechizo y olvida poco a poco sus pretensiones racionalistas para entregarse al código de vida siciliano, el del honor, el silencio y el respeto por la voluntad del Don. Sordi encarna a perfección esa transición, jugando magistralmente con los acentos y los gestos, sobre todo en la escena en que toma una pistola en un banco de feria y, concentrado en una especie de éxtasis ridículo y subconsciente, acierta a todas las dianas.
Algo antes, la hilarante secuencia en que su padre, un octogenario manco y esquelético, se enzarza a trompadas con otro octogenario que parece un sosia suyo porque le ha llamado "cornuto", nos empieza a indicar hacia qué territorio nos quiere llevar Lattuada, el de un surrealismo pesimista que debe mucho al Buñuel mexicano.
La película no es sólo una crítica de la mafia, sino que es un esfuerzo sincero por entender las contradicciones de la sociedad siciliana.
(Extraído -sin spoilers- del blog "Nacho Asenjo Ruiz"; http://nachoasenjo.blogspot.com/2008/10/mafioso-1962-de-alberto-lattuada.html)
Como curiosidad, cabe decir que el personaje de don Vicenzo sirvió de inspiración a Coppola para el de don Vito Corleone en su película "El Padrino" (1972), y la historia también a David Chase, creador y productor de la serie televisiva "Los Soprano".
"Un clásico poco conocido que ofrece una amplia variedad de placeres a los que la mayoría de las películas actuales [año 2007] apenas pueden aspirar." (Kenneth Turan: Los Angeles Times)
Ganadora de la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián.
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Título Original: "Mafioso"
Dirección: Alberto Lattuada
Intérpretes: Alberto Sordi, Norma Bengell, Gabriella Conti, Ugo Attanasio, Cinzia Bruno, Katiusca Piretti, Armando Tine.
Guión: Marco Ferreri, Rafael Azcona, Age, Scarpelli (Historia: Bruno Caruso)
Fotografía: Armando Nannuzzi
Música: Nino Rota y Piero Piccioni
Producción: Compagnia Cinematografica Antonio Cervi/Dino de Laurentiis Cinematografica
País: Italia
Duración: 100 min.
Alberto Lattuada es uno de los grandes olvidados del cine italiano, sin el reconocimiento internacional de su amigo Fellini (con el que co-realizó varias películas), de los neorrealistas, con los que no se identificaba, o de los existencialistas como Antonioni o Visconti.
Y sin embargo "Mafioso" es una gran película, certera, inteligente a rabiar, divertidísima y políticamente valiente. Comienza como una comedia de costumbres para convertirse en una pesadilla de corte surrealista. Un siciliano que se ha instalado en Milán y trabaja diligentemente en la Fiat, vuelve tras muchos años por primera vez a Sicilia, con su mujer y dos hijas, las tres monas y rubias. Orgulloso de demostrar en su persona que un humilde inmigrante del sur (un "terrone") puede, a pesar de los prejuicios del norte, ser tan preciso como un reloj suizo, el protagonista (encarnado por un inmenso Alberto Sordi) hace todo por ser un hombre moderno, racional y ordenado, un hombre de la Italia industrial y democrática.
La llegada a su idiosincrásico pueblo natal, tras un viaje de varios días en tren, y sobre todo a su casa familiar, está mostrada en una secuencia que resume la quintaesencia de la comedia italiana de costumbres: trufada de bromas sobre las diferencias norte/sur, de clichés, ruidosa, llena de conversaciones inacabadas y presentando toda una galería de personajes hiper-caracterizados (la hermana bigotuda, la madre silenciosa y desconfiada, el padre manco). Al final de la secuencia, Sordi rompe a cantar en siciliano, coreado por toda su familia. Esos minutos son de por sí una pequeña obra maestra del género que nos hace creer que estamos en terreno familiar, que nos podemos estirar en la butaca y disfrutar de una comedieta sin pretensiones.
Pero en realidad "Mafioso" es el primer film de la historia de Italia que se atrevió a hablar directamente de la mafia y adopta para ello un método narrativo dual. De la comedia de costumbres, la película desliza poco a poco hacia una sombría comedia negra, apuntalada por un tono surrealista y por una estética tomada del cine negro americano. Esa dualidad es la del protagonista, que al volver a la tierra parece caer en un hechizo y olvida poco a poco sus pretensiones racionalistas para entregarse al código de vida siciliano, el del honor, el silencio y el respeto por la voluntad del Don. Sordi encarna a perfección esa transición, jugando magistralmente con los acentos y los gestos, sobre todo en la escena en que toma una pistola en un banco de feria y, concentrado en una especie de éxtasis ridículo y subconsciente, acierta a todas las dianas.
Algo antes, la hilarante secuencia en que su padre, un octogenario manco y esquelético, se enzarza a trompadas con otro octogenario que parece un sosia suyo porque le ha llamado "cornuto", nos empieza a indicar hacia qué territorio nos quiere llevar Lattuada, el de un surrealismo pesimista que debe mucho al Buñuel mexicano.
La película no es sólo una crítica de la mafia, sino que es un esfuerzo sincero por entender las contradicciones de la sociedad siciliana.
(Extraído -sin spoilers- del blog "Nacho Asenjo Ruiz"; http://nachoasenjo.blogspot.com/2008/10/mafioso-1962-de-alberto-lattuada.html)
Como curiosidad, cabe decir que el personaje de don Vicenzo sirvió de inspiración a Coppola para el de don Vito Corleone en su película "El Padrino" (1972), y la historia también a David Chase, creador y productor de la serie televisiva "Los Soprano".
"Un clásico poco conocido que ofrece una amplia variedad de placeres a los que la mayoría de las películas actuales [año 2007] apenas pueden aspirar." (Kenneth Turan: Los Angeles Times)
Ganadora de la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián.
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Comedia Dramática,
Comedia Italiana,
Comedia Negra
Un Burgués Pequeño Pequeño
Viernes 18 de julio
Título original: "Un Borghese Piccolo Piccolo" (1977)
Dirigida por Mario Monicelli; con Alberto Sordi, Shelley Winters, Vincenzo Crocitti y otros (122 min.)
Un modesto funcionario público está próximo a la jubilación. Decide ingresar en la logia masónica a la que pertenece su jefe para, de este modo, ganarse su respeto y lograr que su hijo entre a trabajar en el mismo ministerio que él. De golpe un hecho inesperado cambiará para siempre su vida.
Una historia fuerte desarrollada magníficamente. El argumento trata sobre el aterrador drama de un hombre común que sufre una tragedia sin igual. Las reacciones, motivaciones y transformaciones psicológicas de este hombre son el leit motiv de la película.
Desde el primer minuto no se puede dejar de sentir empatía e identificación con el protagonista (Alberto Sordi), especialmente si el espectador es padre de familia, quedando conmovidos por el dolor y reacciones de un hombre que no puede asimilar la tragedia que le ha tocado vivir. Alberto Sordi se luce en una actuación de suma intensidad, junto a Shelley Winters como partenaire, extraña pareja y sin embargo un gran acierto del director.
Una película que nos deja profundamente afectados de la misma manera en que lo hacen películas como "Feos, sucios y malos" de Ettore Scola o incluso "Saló (o los 120 días de Sodoma)" de Pier Paolo Pasollini.
Sordi es único, nadie interpreta de la manera en que él lo hace, tanto comedia como tragedia, y por eso ninguna película en donde él actúe queda sin su sello personal. Pero el sello de Sordi no es como el de los actores que vuelcan su propia personalidad carismática en la interpretación (De Niro, Pacino, Hoffman, etc.), Sordi impone una marca de intensidad, su interpretación habla de lo insondable de los sentimientos humanos. Un actor con mayúsculas, como Gassman, Volonté o Mastroiani, pero a diferencia de aquellos, lo que identifica y diferencia a Sordi es esa versatilidad que tiene para moverse con holgura entre los extremos dramáticos, una cualidad que nos transporta a su propio mundo de interpretación y nos presenta una realidad creíble y a la vez surreal.
Es de destacar que el mismo año que filmó este "capolavoro" también filmó los tres sketches que protagoniza en la genial "Los Nuevos Monstruos" (film que cerrará el mes de Junio del ciclo Función Especial)
La mayoría de las películas del director Mario Monicelli se centran en gente común, que hablan y viven como cualquiera. Suelen ser personajes que no tienen los recursos necesarios como para superarse y, dada la oportunidad de hacerlo, resultan despistados creadores de situaciones condenadas al fracaso cómico. Gracias a intérpretes como Vittorio Gassman, Alberto Sordi, Ugo Tognazzi, Toto, Nino Manfredi y otros, Monicelli ha producido exuberantes comedias humanas a partir de los pesares cotidianos de todos los días. Sus personajes suelen ser egoístas y graciosamente destructivos, tontos queribles inmersos en un mundo lleno de fuerzas hostiles e incomprensibles. Ya desde los años cincuenta, marcados por el “milagro económico” italiano, Monicelli lanzaba granadas satíricas hacia la hipocresía institucional, el conformismo y toda otra clase de enfermedad o espejismo social. Su cine ha reunido siempre, con una audacia considerable, humor grotesco y crítica social.
Esta verdadera joya del cine italiano de todos los tiempos es una de las grandes cimas del mismo, como así tambien de su director Monicelli y el inmenso Alberto Sordi, en el que tal vez sea el papel de su carrera.
Ver escena:
Título original: "Un Borghese Piccolo Piccolo" (1977)
Dirigida por Mario Monicelli; con Alberto Sordi, Shelley Winters, Vincenzo Crocitti y otros (122 min.)
Un modesto funcionario público está próximo a la jubilación. Decide ingresar en la logia masónica a la que pertenece su jefe para, de este modo, ganarse su respeto y lograr que su hijo entre a trabajar en el mismo ministerio que él. De golpe un hecho inesperado cambiará para siempre su vida.
Una historia fuerte desarrollada magníficamente. El argumento trata sobre el aterrador drama de un hombre común que sufre una tragedia sin igual. Las reacciones, motivaciones y transformaciones psicológicas de este hombre son el leit motiv de la película.
Desde el primer minuto no se puede dejar de sentir empatía e identificación con el protagonista (Alberto Sordi), especialmente si el espectador es padre de familia, quedando conmovidos por el dolor y reacciones de un hombre que no puede asimilar la tragedia que le ha tocado vivir. Alberto Sordi se luce en una actuación de suma intensidad, junto a Shelley Winters como partenaire, extraña pareja y sin embargo un gran acierto del director.
Una película que nos deja profundamente afectados de la misma manera en que lo hacen películas como "Feos, sucios y malos" de Ettore Scola o incluso "Saló (o los 120 días de Sodoma)" de Pier Paolo Pasollini.
Sordi es único, nadie interpreta de la manera en que él lo hace, tanto comedia como tragedia, y por eso ninguna película en donde él actúe queda sin su sello personal. Pero el sello de Sordi no es como el de los actores que vuelcan su propia personalidad carismática en la interpretación (De Niro, Pacino, Hoffman, etc.), Sordi impone una marca de intensidad, su interpretación habla de lo insondable de los sentimientos humanos. Un actor con mayúsculas, como Gassman, Volonté o Mastroiani, pero a diferencia de aquellos, lo que identifica y diferencia a Sordi es esa versatilidad que tiene para moverse con holgura entre los extremos dramáticos, una cualidad que nos transporta a su propio mundo de interpretación y nos presenta una realidad creíble y a la vez surreal.
Es de destacar que el mismo año que filmó este "capolavoro" también filmó los tres sketches que protagoniza en la genial "Los Nuevos Monstruos" (film que cerrará el mes de Junio del ciclo Función Especial)
La mayoría de las películas del director Mario Monicelli se centran en gente común, que hablan y viven como cualquiera. Suelen ser personajes que no tienen los recursos necesarios como para superarse y, dada la oportunidad de hacerlo, resultan despistados creadores de situaciones condenadas al fracaso cómico. Gracias a intérpretes como Vittorio Gassman, Alberto Sordi, Ugo Tognazzi, Toto, Nino Manfredi y otros, Monicelli ha producido exuberantes comedias humanas a partir de los pesares cotidianos de todos los días. Sus personajes suelen ser egoístas y graciosamente destructivos, tontos queribles inmersos en un mundo lleno de fuerzas hostiles e incomprensibles. Ya desde los años cincuenta, marcados por el “milagro económico” italiano, Monicelli lanzaba granadas satíricas hacia la hipocresía institucional, el conformismo y toda otra clase de enfermedad o espejismo social. Su cine ha reunido siempre, con una audacia considerable, humor grotesco y crítica social.
Esta verdadera joya del cine italiano de todos los tiempos es una de las grandes cimas del mismo, como así tambien de su director Monicelli y el inmenso Alberto Sordi, en el que tal vez sea el papel de su carrera.
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