PROGRAMACIÓN AÑO 2014
Agosto de 2014: Dedicado al thriller policial francés

Una Vida Agridulce

Viernes 2 de septiembre

Título original: "Dalkomhan Insaeng" ; título internacional: "A Bittersweet Life" (2005)

Dirección: Kim Jee-woon
Intérpretes: Lee Byung-hun, Kim Young-chul, Shin Min-a, Whang Jung-min, Kim Roi-ha, Moon Chong-hyuk, Lee Ki-young, Oh Dalsoo, Jin Gu, Kim Hae-gon.
Guión: Kim Jee-woon
Fotografía: Kim Ji-yong
Música: Dalpalan y Jang Young-kyu
Producción: Oh Jung-wan y Lee Eugene
País: Corea del Sur
Duración: 120 min.



Una noche de otoño, el discípulo se despertó llorando. Entonces el maestro le preguntó al discípulo:
- "¿Tuviste una pesadilla?"
- "No. "
- "¿Tuviste un sueño triste?"
- "No, dijo el discípulo. Tuve un dulce sueño"
- "Entonces, ¿por qué lloras tan tristemente?"
El discípulo respondió con calma, mientras secaba sus lágrimas...
- "Porque el sueño que tuve no puede hacerse realidad. "



"A Bittersweet Life", escrita y dirigida por Kim Ji-woon, y que supuso la primera de las -hasta ahora- tres colaboraciones con la estrella Lee Byung-hun, se inspira en la estética francesa y le rinde un merecido homenaje al polar francés; más exactamente a Jean-Pierre Melville y Alain Delon en películas como "Le Samouraï" o "Un Flic".

Estrenada en 2005, "A Bittersweet Life" cuenta la historia de Sun-woo (Lee Byung-hun), fiel mano derecha e implacable ejecutor de un mafioso local llamado Kang (Kim Young-chul), para quien trabaja al frente de uno de sus exclusivos restaurantes llamado "La Dolce Vita". Un día el jefe le ordena vigilar a su joven novia Hee-soo (Min-a Shin), pues sospecha que ésta se está viendo con otro hombre, y en caso de ser acertadas sus sospechas, debe matarlos a ambos.
El problema se presenta cuando Sun-woo debe llamar al jefe para condenar a muerte a la chica y decide no hacerlo. A partir de ese momento, comenzará un espiral de persecuciones, tiroteos y peleas de una enorme crueldad filmadas con una gran elegancia y sobriedad.

La fotografía es impecable y de una inmensa belleza, tanto en las escenas en interiores como en el exterior, prestando atención a todos los detalles. Casi toda la película transcurre de noche, y la cámara se convierte en los ojos de Sun-woo para que el espectador sea testigo de los sentimientos que empiezan a aflorar en el protagonista, lo cual es maravilosamente acompañado por una exquisita banda original de sonido, compuesta por Dalpalan y Jang Young-kyu, que obtuvo el premio en el Festival de Sitges de 2005.

Las actuaciones son excelentes y la del protagonista (Lee Byeong-heon), es soberbia, obteniendo varios premios a mejor actor en diferentes festivales. La escena de la compra de armas rusas y la escena final son antológicas.

Pero "A Bittersweet Life" no es sólo una película de de venganza, ni de gángsters o de acción, sino también una película romántica y de melancólica tristeza. Sólo un genio como Kim Jee-woon (sin duda uno de los grandes directores del cine mundial) puede combinar elementos tan aparentemente contradictorios con resultados tan brillantes.

"A Bittersweet Life" fue un gran éxito en la crítica mundial y ha recibido varias nominaciones y premios en diferentes eventos y festivales. Fue presentada en el Festival de Cine de Mar del Plata en 2005.



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El Bueno, el Malo y el Raro

Viernes 9 de septiembre

Título original: "Joheunnom Nabbeunnom Isanghannom"; título internacional: "The Good, The Bad and The Weird" (2008)
(También conocido en Argentina como "El Bueno, el Malo y el Loco")

Dirección: Kim Ji-woon
Intérpretes: Lee Byung-hun, Song Kang-ho, Jung Woo-sung, Uhm Ji-won
Guión: Kim Ji-woon y Kim Min-suk
Fotografía: Lee Mo-gae y Oh Seung-Chul
Música: Dalparan & Jang Yeong-gyu
Producción: Barunson / CJ Entertainment / Cineclick Asia / Grimm Pictures
País: Corea del Sur
Duración: 136 min.

En la convulsa Manchuria de los años 30, el mapa de un tesoro va a poner tras su pista a chinos, japoneses y coreanos y va a enfrentar en duelo a tres bandas a un cazarecompesas (el bueno), un asesino a sueldo (el malo) y un inclasificable bandido (el raro). Este homenaje coreano a una de las obras capitales de Sergio Leone, "The Good, the Bad & the Weird" es ante todo una colosal aventura, una fiesta para los ojos que arranca con el espectacular asalto a un tren y alcanza el éxtasis en el desierto de Gobi, entre cañonazos y galope de caballos. La pura esencia del espectáculo y una nueva proeza de Kim Jee-woon. (FILMAFFINITY)

Como Western (o tal vez deberíamos decir "Eastern"), Kim Ji-woon logra un insuperable film de aventuras al nivel del mejor Leone o Eastwood, con un impresionante manejo de cámara y una gran maestria en las escenas de acción.

Así consigue crear un emocionante homenaje no sólo a "The Good, The Bad and the Ugly" sino al western en general -más específicamente al spaghetti western-, con un estilo inigualable y sin caer en el error de extrapolar o imitar hábitos o estereotipos occidentales, consiguiendo un resultado totalmente diferente y original.

Los personajes principales son llevados a la pantalla maravillosamente por los tres actores más célebres del cine surcoreano actual.

Por un lado está el bueno, interpretado por Woo-sung Jung, un serio cazarecompensas que tiene la misión de encontrar un mapa de un supuesto tesoro para ayudar al ejercito de liberación de Corea del dominio Japonés en Manchuria.

Por otro lado está el malo, interpretado estupendamente por Lee Byung-hun, actor fetiche de este brillante director, vestido con un impecable traje negro al igual que Alain Delon en "Red Sun" (donde también Delon hace de malo y comienza la película asaltando un tren), encarnando a un asesino despiadado que también va tras el tesoro y que por sobre todas las cosas desea dejar claro que él es el mejor pistolero del mundo.

Por último, está el genial comediante Song Kang-ho interpretando al raro, que resulta ser quien tiene el mapa del tesoro en su poder y que además de ser quien le da el toque de humor a este espectacular film, resulta ser una verdadera caja de sorpresas.

La excelente banda de sonido, a cargo de Dalparan y Jang Yeong-gyu (al igual que en "A Bittersweet Life"), acompaña el ritmo de la película y da clima a cada escena, recordándonos sin necesidad de plagio la música de Ennio Morricone para "Once Upon a Time in The West".

Divertidisima desde el principio hasta el final,
resulta una verdadera joya del cine mundial y otro logro del cine surcoreano moderno, uno de los más interesantes del mundo.

Para no perdérsela.




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El Rey de las Trampas

Viernes 23 de septiembre

Título original: "Banchikwang"; título internacional: "The Foul King" (2000)

Dirección: Kim Ji-woon
Intérpretes: Song Kang-Ho, Go Ho-kyung, Jang Hang-Seon, Kim Su-ro, Jang Jin-Young, Park Sang-Myeon, Jeong Woong-in, Jung Doo-hong, Kim Ka-Yeon, Lee Won-jong, Shin Goo.
Guión: Kim Ji-woon
Fotografía: Hong Kyeong-Pyo
Producción: B.O.M. Film Productions Co. / Oh Jeong-Wan, Lee Mi-Yeon, Jo Jin-A
País: Corea del Sur
Duración: 111 min.


Dae-Ho (Song Kang-Ho) es un empleado bancario improductivo e ineficiente que llega tarde todos los días al trabajo y eso lo convierte en el objeto de las frustraciones de su jefe, que lo maltrata y humilla permanentemente. En su vida personal tampoco le va muy bien: su timidez le impide expresarle sus sentimientos a la mujer de la que está secretamente enamorado, y habiendo pasado los treinta años, todavía vive con su padre.

Para escapar del mal sabor de sus fracasos, sueña con ser un luchador profesional para poder vengarse de su abusivo jefe o al menos levantar un poco su autoestima. De pequeño era fan de los programas de TV de lucha libre (del estilo de "Titanes en el Ring"), pero a pesar de ello nunca pudo aprender a librarse de la llave en la cabeza que le hacía su jefe cada vez que llegaba tarde.

Un dia logra ser admitido como aprendiz de lucha libre, aunque sólo porque el entrenador necesitaba un luchador tramposo que jugara sucio. Dae-ho no tiene ningún talento, pero entrena duro todo el día para poder subirse a un ring. De esta manera, poco a poco se va transformando en el villano luchador conocido como "El Rey de las Trampas".

Como en una historia de superhéroes, cuando Dae-ho se pone la máscara de tigre blanco adquiere confianza para dejar de ser el cobarde perdedor que es en la oficina.

Las secuencias de lucha son sólo un aspecto secundario, mientras lo principal son las escenas de humor absurdo -una suerte de Mr. Bean coreano- donde el protagonista intenta ganarse algún respeto en su ridícula vida cotidiana.

Song Kang-ho, uno de los mejores actores de Corea del Sur de la actualidad en uno de sus primeros papeles protagónicos, encarna a este típico perdedor al que nada le sale bien, y lo hace maravillosamente, como es habitual en él.

El ritmo, el tono oscuro y cómico característico del genial director y las actuaciones hacen de este divertido film -el segundo dirigido y escrito por el consagrado Kim Ji-Woon- una de las comedias más atípicas y geniales de los últimos tiempos, con un anti-heroe "verdadero" (o sea, no a la hollywoodense) al que en palabras del propio Kim Jee-Woon: "Nunca nada le saldrá bien en la vida."



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Encontré al Diablo

Viernes 30 de septiembre

Título original: "Akmareul Boattda"; título internacional: "I Saw The Devil" (2010)

Dirección: Kim Ji-woon
Intérpretes: Lee Byung-hun, Choi Min-sik, Jeon Kuk-hwan, Oh San-ha, Kim Yun-seo, Choi Moo-sung, Kim In-seo
Guión: Park Hoon-jung
Fotografía: Lee Mo-gae Música: Mowg
Producción: Kim Hyun Woo Peppermint & Company / Syz Entertainment
País: Corea del Sur
Duración: 144 min.

"Magistral y salvaje" (Luis Martínez: Diario El Mundo)

Se trata de una película sobre venganza. Una mujer es brutalmente descuartizada por un asesino serial, y su prometido decide hacer justicia por mano propia, lo cual en este caso toma la forma de una venganza tan implacable y tortuosa como jamás se ha visto en el cine. El film es una experiencia cruda que jamás podría haberse rodado en los Estados Unidos. Es el tipo de thriller hard-boiled de venganza que sólo puede hacer un coreano; intransigente, lleno de sorpresas, shockeante e inolvidable.

Una fría noche invernal, en medio de una tormenta de nieve, una mujer llamada Joo-yeon (Oh San-sa), hija de un jefe de policía retirado, espera sentada dentro de su coche a que llegue la grúa a socorrerla. Mientras espera, habla por teléfono con su novio, Dae-hoon (Lee Byung-hun), un agente especial que en ese momento se encuentra trabajando. De pronto, aparece el conductor de una combi escolar y comienza a insistirle con cambiarle la rueda él mismo. Ante la negativa de ella, el hombre -Kyung-chul (Choi Min-sik), un tristemente célebre asesino serial- rompe el parabrisas con un martillo y ataca salvajemente a Joo-yeon. Cuando ella se despierta, desnuda y ensangrentada, metida en una bolsa de plástico, le suplica al psicópata misericordia y le dice que está embarazada, pero como todo psicópata, le importa un rábano; la sigue torturando y la corta en pedacitos hasta matarla.

Al día siguiente, unos niños que están jugando en los suburbios encuentran restos humanos. Al enterarse Dae-hoon de que ha perdido lo que más quería en el mundo, promete vengarse sin piedad del asesino. Lo original del film es que el "héroe" descubre y encuentra al asesino a los 15 minutos de empezado, comenzando ahí su original venganza, que a la vez tendrá sus vueltas de tuerca y cambios de roles. Se inicia de repente un trepidante juego del gato y el ratón sin concesiones, con un ritmo endiablado, en más de dos horas de autentica ira de nuestro protagonista. Así comienza este intenso e impactante film que no da respiro ni por segundo al espectador.

Si bien queda claro que se trata de una película sangrienta y de violencia extrema, no recomendable para personas impresionables, vale la pena aclarar que ni una gota de sangre está de más en este vertiginoso y estremecedor thriller.

Una hermosa fotografía contrasta radicalmente con escenas a media luz en las que suceden sangrientos asesinatos o violentas peleas. El trabajo de cámara es excepcional; a menudo el espectador se encuentra con primerísimos planos de Byung-hun Lee y Mik-sik Choi, y sus expresiones hablan más que mil palabras.

Kim Jee-woon ha conseguido un reparto escepcional: Choi Min-sik en el papel de un asesino psicópata despiadado cuya necesidad de matar y causar sufrimiento es similar al hambre o la sed, y Lee Byung-Hun, en el papel de vengador cegado por el dolor y la ira.

Min-Sik Choi se supera a sí mismo transformándose en uno de los asesinos seriales más retorcidos e inolvidables de la historia del cine, saltando de la calma total a la furia maniática más demencial, pero siendo siempre totalmente convincente en su locura sedienta de sangre. Un asesino sumamente sádico, incapaz de sentir miedo ni dolor ni remordimiento y que se cree invulnerable.

El personaje de Lee es pulcro, estoico y mucho menos expresivo, pero deja traslucir fortísimas emociones a través de su mirada. Interpreta de una manera impresionante a un agente secreto que a pesar del inmenso dolor emocional que lo acompaña hasta el final, logra actuar de una manera bastante metódica, como si no pudiese hacer el duelo hasta haber terminado su venganza.

Ambos logran memorables actuaciones. Por su parte, todo el reparto que acompaña a Lee y Choi también hace un trabajo excelente. La bellísima banda de sonido, a cargo de Mowg, añade un dramatismo extra a las imágenes y acompaña soberbiamente cada momento del film.

Merece una mención aparte el enfermizo muestrario de asesinos psicópatas pervertidos y depravados con antecedentes penales que se encuentran en libertad, en un país donde parece no existir la cadena perpetua, disparando sobre la sociedad una ruleta rusa donde cualquiera puede ser la próxima víctima.


En resumen, una gran dirección, una fina fotografía, brillantes interpretaciones, una dosis humor negro e ironía, una música exquisita y un ritmo frenético, desesperado, convierten a este film en una auténtica obra maestra que deja a "El Silencio de los Inocentes" a la altura de una película infantil.


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