PROGRAMACIÓN AÑO 2014
Agosto de 2014: Dedicado al thriller policial francés

La Mujer Del Cura

Viernes 4 de junio

Título original: "La Moglie Del Prete" (1971)

Dirigida por Dino Risi; con Sophia Loren y Marcello Mastroianni.

Valeria Billi (Sophia Loren) es una joven que acaba de sufrir un desengaño amoroso tras cuatro años de relaciones con un hombre que le ocultó que estaba casado. Antes de intentar suicidarse, busca ayuda en un teléfono de auxilio a desesperados en el que encuentra el apoyo moral de un sacerdote, el padre Mario Cartessi (Marcello Mastroianni), del cual se termina enamorando -y él de ella a su pesar,
ya que no quiere pecar.

A partir de allí, la historia se complica porque la Iglesia no quiere permitirle al cura abandonar los hábitos sin ser excomulgado, lo cual es inaceptable para él.

Una comedia dramática que trata el tema del celibato obligatorio en los sacerdotes y echa un haz de luz sobre toda la hipocresía que hay detrás.

Sophia Loren está espléndida, en su mejor momento, tal vez en uno de sus mejores papeles, con un Dino Risi en su salsa que le deja a la diva todo servido en bandeja para que ella se luzca, inclusive un soberbio Mastroianni, en un papel difícil y contenido, pleno de sutiles matices.

La estupenda banda de sonido original es del especialista Armando Trovaioli, y se destaca en una importante escena el clásico tema de Teddy Randazzo "Goin' Out Of My Head" cantado nada menos que por Frank Sinatra.

Una excelente película que en Argentina sufrió los embates de la "autocensura" (ya que nunca fue prohibida), siendo condenada a un inmerecido olvido, donde, como siempre, el plus es difrutar de la increible y única química de una de las más maravillosa parejas cinematográficas de la historia: Sophia y Marcello.


Ver escena del comienzo:


Otra escena:

Mimi Metalúrgico Herido En Su Honor


Viernes 11 de junio

Título original: "Mimi Metallurgico Ferito Nell'onore" (1971)

Dirigida por Lina Wertmüller; con Giancarlo Giannini, Agostina Bell, Mariangela Melato, Turi Ferro, Luigi Diberti, Elena Fiore. Guión: Lina Wertmüller. Música: Piero Piccioni. (121 min)

Mimi, tras perder su trabajo, deja a su mujer en su Sicilia natal y viaja solo a Turín a buscar trabajo. Allí se convierte en metalúrgico y amante de una comunista, Fiore. A su regreso a Sicilia descubre que su esposa va a tener un hijo de otro y prepara cuidadosamente su venganza contra el que lo ha hecho cornudo, seduciendo a su mujer.

Pintura de la realidad grotesca de la sociedad italiana de la década de los 60. El nuevo mundo que abre en la ciudad para quien migra desde un pueblo. Por un lado el trabajo del obrero en el colectivo del sindicato, las nuevas posturas de libertad en las relaciones sentimentales, confrontando por otro lado con los tabúes de la cultura pueblerina.
Todos estos contrastes llevados a la pantalla con una muy buena expresión visual planteando una sátira con extraordinaria narrativa por parte de Lina Wertmuller.

Mimi Metalúrgico fue, en su momento, objeto de aceptación crítica (Wertmüller ganó por ella el premio a la mejor dirección en el Festival de Cannes), éxito formidable de público en todo el mundo y plataforma para un sinfín de polémicas. Algunas de ellas ya zanjadas, otras no tanto. El tratamiento del machismo y el patriarcado en la sociedad italiana, así como la mirada impiadosa sobre el concepto del “honor”, le granjeó a Wertmüller no pocos objetores, tanto de parte de conservadores como de diversas asociaciones "progresistas

Valiéndose de un humor casi salvaje, la película acompaña la lenta, inexorable y absurda caída de su protagonista, Carmelo (Giancarlo Giannini obtuvo un premio David di Donatello por su participación en este film), fruto de prejuicios propios y ajenos. Como si hubiese sido la víctima propiciatoria de un esquema social que nació mucho antes que él y que lo sobrevivirá, Carmelo no sabe muy bien por qué le van pasando las cosas; se acomoda a ellas con una dosis de fatalismo que deja un sabor agridulce, más allá de las risas que despiertan sus crecientes incidentes familiares y sus entreveros con personajes non sanctos.

El desarrollo de la venganza del obrero "herido en su honor" produce las imágenes más inusuales, delirantes e hilarantes del cine de todos los tiempos.

Ver escena del comienzo:


Otra escena:

Un Burgués Pequeño Pequeño

Viernes 18 de julio

Título original: "Un Borghese Piccolo Piccolo" (1977)

Dirigida por Mario Monicelli; con Alberto Sordi, Shelley Winters, Vincenzo Crocitti y otros (122 min.)

Un modesto funcionario público está próximo a la jubilación. Decide ingresar en la logia masónica a la que pertenece su jefe para, de este modo, ganarse su respeto y lograr que su hijo entre a trabajar en el mismo ministerio que él. De golpe un hecho inesperado cambiará para siempre su vida.

Una historia fuerte desarrollada magníficamente. El argumento trata sobre el aterrador drama de un hombre común que sufre una tragedia sin igual. Las reacciones, motivaciones y transformaciones psicológicas de este hombre son el leit motiv de la película.

Desde el primer minuto no se puede dejar de sentir empatía e identificación con el protagonista (Alberto Sordi), especialmente si el espectador es padre de familia, quedando conmovidos por el dolor y reacciones de un hombre que no puede asimilar la tragedia que le ha tocado vivir. Alberto Sordi se luce en una actuación de suma intensidad, junto a Shelley Winters como partenaire, extraña pareja y sin embargo un gran acierto del director.

Una película que nos deja profundamente afectados de la misma manera en que lo hacen películas como "Feos, sucios y malos" de Ettore Scola o incluso "Saló (o los 120 días de Sodoma)" de Pier Paolo Pasollini.

Sordi es único, nadie interpreta de la manera en que él lo hace, tanto comedia como tragedia, y por eso ninguna película en donde él actúe queda sin su sello personal. Pero el sello de Sordi no es como el de los actores que vuelcan su propia personalidad carismática en la interpretación (De Niro, Pacino, Hoffman, etc.), Sordi impone una marca de intensidad, su interpretación habla de lo insondable de los sentimientos humanos. Un actor con mayúsculas, como Gassman, Volonté o Mastroiani, pero a diferencia de aquellos, lo que identifica y diferencia a Sordi es esa versatilidad que tiene para moverse con holgura entre los extremos dramáticos, una cualidad que nos transporta a su propio mundo de interpretación y nos presenta una realidad creíble y a la vez surreal.

Es de destacar que el mismo año que filmó este "capolavoro" también filmó los tres sketches que protagoniza en la genial "Los Nuevos Monstruos" (film que cerrará el mes de Junio del ciclo Función Especial)

La mayoría de las películas del director Mario Monicelli se centran en gente común, que hablan y viven como cualquiera. Suelen ser personajes que no tienen los recursos necesarios como para superarse y, dada la oportunidad de hacerlo, resultan despistados creadores de situaciones condenadas al fracaso cómico. Gracias a intérpretes como Vittorio Gassman, Alberto Sordi, Ugo Tognazzi, Toto, Nino Manfredi y otros, Monicelli ha producido exuberantes comedias humanas a partir de los pesares cotidianos de todos los días. Sus personajes suelen ser egoístas y graciosamente destructivos, tontos queribles inmersos en un mundo lleno de fuerzas hostiles e incomprensibles. Ya desde los años cincuenta, marcados por el “milagro económico” italiano, Monicelli lanzaba granadas satíricas hacia la hipocresía institucional, el conformismo y toda otra clase de enfermedad o espejismo social. Su cine ha reunido siempre, con una audacia considerable, humor grotesco y crítica social.

Esta verdadera joya del cine italiano de todos los tiempos es una de las grandes cimas del mismo, como así tambien de su director Monicelli y el inmenso Alberto Sordi, en el que tal vez sea el papel de su carrera.

Ver escena:

Los Nuevos Monstruos


Viernes 25 de junio

Título original: "I Nuovi Mostri" (1977)

Dirigida por Mario Monicelli, Dino Risi y Ettore Scola; con Vittorio Gassman, Alberto Sordi, Ugo Tognazzi, Ornella Muti y otros (155 min.)

En 1964 Dino Risi filmó "I Mostri" (Los Monstruos), un conjunto de episodios en clave de humor sobre la realidad social y política italiana de los años 60 que componían una película. Catorce años después, tres conocidos directores (Dino Risi que repite, Mario Monicelli y Ettore Scola) junto a tres de los más grandes actores italianos (Sordi, Tognazzi y Gassman) se reunieron para mostrar, en 9 episodios, su visión crítica, caricaturesca y a la vez coherente sobre diversos aspectos de la vida italiana de aquella época.

Se compone de 9 episodios, contando con un notable equipo de actores a sus anchas, desde el histrionismo a la pausa, dónde sobresale un Sordi en estado de gracia.

La película es un mosaico de pequeñas historias, que pretende aportar una visión cómica acerca de la sociedad italiana de finales de los setenta, repletas de humor negro e ironía corrosiva, como la primera del Obispo (gran Gassman) que accidentalmente recala en una parroquia obrera, la del modoso señorito genialmente interpretado por Sordi que recoge a un peatón atropellado, o la del intento de ingresar "a traición" a una madre en el asilo. Otros fragmentos destacan por su humor clásico, como la discusión del cocinero y el camarero, o por tener un sorprendente final, como en la historia de amor de la azafata y el extranjero desconocido.

Las mayores virtudes vienen de la mano de las interpretaciones, especialmente en las apariciones de Sordi, uno de los actores con mayor talento para la comedia que ha dado el cine, bien secundado por el resto (el histriónico Tognazzi, el citado Gassman o la bellísima Muti), secundarios incluidos.

El cine italiano ya no puede hacer películas como esta. Porque si repasamos su actualidad no vemos un solo heredero de los formidables actores que la protagonizan, como Sordi, Tognazzi y Gassman. Ni de ellos ni de otros también formidables como eran De Sica, Mastroianni, Totó, Manfredi, Fabrizzi o Salvatori.
Los episodios se suceden provocando la sonrisa, la risa y la constatación de que, aparte de unos formidables actores, les dirigían tres directores de la talla de Monicelli, Risi y Scola.

Monicelli, nacido en 1915, es el de más experiencia. A principios de los años cuarenta comienza a escribir guiones y, poco después, empieza a dirigir en colaboración con Steno. En 1953 se independiza y hace obras tan interesantes como "Rufufú" (I Soliti Ignoti, 1958), "La Gran Guerra" (La Grande Guerra, 1959), "La Armada Brancaleone" (L'armata Brancaleone, 1966) y "Un Burgués Pequeño Pequeño" (Un Borghese Piccolo Piccolo, 1977). Risi, nacido en 1917, realiza una irregular carrera como realizador que empieza en 1949 y en la que se encuentran "Una vida difícil" (Una Vita difficile, 196l), "La Escapada" (Il sorpasso, 1962) y "Perfume de Mujer" (Profumo di Donna, 1975), Scola, que nace en 1931, pertenece a otra generación y, tras un largo trabajo como guionista, debuta en la dirección en 1963, y en su obra destaca "Mister Sabatini... Africa... Allá Vamos" (Riusciranno i nostri eroí a trovare l'arnico misteriosamente scomparso in Africa?, 1967) y "Un Día particular" (Una giornata particolare, 1977).

En principio, Los Nuevos Monstruos debían realizarla diez o doce directores que renunciaban a una parte de su salario para ayudar al guionista Ugo Guerra, que estaba paralítico desde hacía algunos años. No encontraron una forma práctica de hacerla y, finalmente, sólo participaron Risi, Monicelli y Scola. Los nueve episodios de diferentes longitudes que la constituyen no están firmados porque algunos están dirigidos por los tres, y por lo tanto constituyen una película colectiva.

Dino Risi contó lo siguiente sobre las relaciones entre "I Mostri" e "I Nuovi Mostri", separadas por catorce años: "Mi antigua película era sobre todo un espejo de la sociedad italiana de entonces. En aquella época los monstruos eran bastante cómodos. La monstruosidad no era ni difusa, ni violenta como hoy. Mientras pensábamos en los episodios de la nueva película, nos dimos cuenta que la realidad italiana sobrepasaba la imaginación. Leíamos el periódico, veíamos los telediarios y observábamos monstruosidades mucho mayores que las que tratábamos de presentar. En mi antigua película se podía hacer una defórrnación de costumbres italianas de entonces. Hoy no sólo la monstruosidad es general, sino que cotidianamente se presenta como un hecho natural. Sólo es necesario poner la cámara en la esquina".

El film fue estrenado en la Argentina en plena dictadura de Videla, lo cual resultó en la censura total del primer sketch del mismo, el centrado en un Obispo de la iglesia católica, fruto del genio interpretativo de Vittorio Gassman

Ver escenas: